A Hanna:
En nuestro nido de amor,
arropados sin dolor,
no siento frío, mi amor,
sino más bien tu calor.
Nevando en el exterior,
esta noche, en mi interior,
noto un extraño temblor
que me invade de sabor
a besitos de color...
¡Los que me das con amor!
Hanna, sé de tu valor...
¡Más que de ciencia, un doctor!
Autor: Jaime Hornero Martínez
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